Pues eso, lo dicho
Poco más para no extenderme donde no corresponde.
Este último post se lo merecen todos aquellos que han formado parte de esta historia que nació sin pies ni cabeza y ha terminado dando mucho mas de lo que nunca pude imaginar.
Llega el momento en el que hay que abandonar determinadas ideas, determinados barcos, o tal vez son ellos los que nos abandonan a nosotros. Siento que esto es todo, amigos, parafraseando a uno de los mayores filósofos de mi infancia.
Gracias, infinitas gracias a todos los que leyeron y les gustó, a los que leyeron y lo detestaron, a los que han formado parte de un viaje enorme en este tiempo, a los que se molestaron en hacerme llegar lo que pensaban, a los que nunca lo hicieron, a los que alentaron con sus palabras.
Gracias a quienes estuvieron detrás de muchas de las historias que aquí se contaron. Gracias a las que nunca estuvieron.
A Sofía, que así tal vez algún día sabrá que tipo se escondía detrás de su padre, un detective amaestrado.