viernes, 15 de diciembre de 2006

Los electrodomésticos melancólicos

A M no le fueron nada bien las cosas desde que se quedó viviendo solo en casa. Sus electrodomésticos habían cambiado con él, en un proceso de fusión con su dueño similar al de las mascotas. Todos eran ahora de la misma marca, Nostalgia S.A.
El lavavajillas no podía soportar no volver a limpiar copas sin rastro de carmín en sus bordes. Los restos del colacao en el fondo de la taza mugrienta le deprimían, él que había tenido tan altos cometidos. Siempre se supo responsable de horas felices para otros mientras él trabajaba.
El reloj se sentía culpable. Mientras sus manecillas andaban, les quedaba menos tiempo a los amantes para estar juntos. Mil veces intentó atarse los brazos como un prisionero en el calabozo, hasta darse cuenta de que era solamente un instrumento en manos de los dioses.
¿Que sentiría la lavadora, cuando ya solo hacía la colada de uno? Confesaba a los más íntimos que siempre echaba de menos la sutileza de la ropa interior de ella. El suavizante, tan solícito como siempre, la arrullaba entre sus brazos, consolándola.
El extractor de humos solo sacaba fuera lamentos y sollozos. Triste tarea.
La cadena musical estaba hasta los mismísimos decibelios de las terribles canciones de amor que no salían por los altavoces, sino que se derramaban a través de ellos. El mando a distancia no soportaba tanta rudeza, y echaba de menos otra manera de tocarle, mas sutil. En el horno ya no crecía nada, y los pasteles que se hinchaban habían dejado de hacerlo, aún contando con la mejor levadura del mercado.
La cocina de gas aportó su manera de solventar el problema. M no supo decirle que no.

32 Comments:

Blogger eli bennet said...

Bueno, el suicido....tema "escabrozo"...
Siempre pienso que las personas, además de programar, de preever, de qué forman quieren pasar su vejez, o que trabajo elegir, o si tener un hijo o dos, también deberían tener elegida su forma de suicido, sólo en caso de que alguna vez deseemos echar mano de él...
Acaso no dicen que hombre preevisor vale por dos?

15 diciembre, 2006 14:52  
Anonymous Anónimo said...

Como accionista de Añoran S.A. voy a proponer al consejo de administración una OPA amistosa sobre Nostalgia S.A. para ver si al menos conseguimos que M. pueda salvar los muebles.


pazzos (puto beta)

15 diciembre, 2006 15:14  
Anonymous Anónimo said...

Yo me suicidé una vez... pero por alguna que otra ley incomprensible de la cuántica por aquí ando... luchando con las pocas cosas que me cuentan de la imposibilidad de otras formas, marcas... (por ahora)...

(el beta saca mi lado oscuro!!!!!)

Florecita.

15 diciembre, 2006 15:17  
Blogger Emily said...

Pues espero que la idea de la cocina de gas fuera dar suficiente hervor a la suculenta comida del día... Pues otra opción sólo lograría evitar que la felicidad llame de nuevo a la puerta... Como bien dice usted, Sr. Don Detective, aunque a veces desfallezcamos, hay que mirar al futuro... ¡Y cambie esa música!...¡Algo movidito conseguirá que baile hasta la lavadora!

15 diciembre, 2006 15:33  
Anonymous Anónimo said...

Beta, un buen motivo para suicidarse.

15 diciembre, 2006 16:05  
Anonymous Anónimo said...

una investigación certera presentada en un caso maravilloso sr detective, la música no creo que sea el problema; concuerdo con la culpabilidad de blogger beta, puajj, apesta!
jeje, grandes letras, grandes esperanzas!
saludos!
sigo siendo Persio aunque el beta no me deje serlo.
www.ringoeralamorsa.blogspot.com

15 diciembre, 2006 16:38  
Anonymous Anónimo said...

Yo quiero que mi reloj se sienta culpable... pero él insiste en recordarlo, cada hora, y me hace sentirme culpable a mi. Tiene ese poder, sí.

El otro día tenías un enfado MAYÚSCULO, cerré la puerta despacio, sin decir nada...

15 diciembre, 2006 18:17  
Anonymous Anónimo said...

El reloj culpable: qué imagen. Saludos.(Francisco Ortiz).

15 diciembre, 2006 18:17  
Blogger eSadElBlOg said...

Afortunadamente el microondas hizo su ding en ese momento. M se acercó, sacó su infusion del Bienestar, se sento en su magnifico orejero tapizado en cuero y le dió al botón del Buen Rollo. El cálido abrazo de una vaca olvidada lo meció hasta un dulce sueño... Con esa vendedora de Termomix que le había ofrecido una demostración. Cuando despertó tuvo que soplar el polvo delas teclas del teléfono antes de marcar.


NO ME GUSTAN LOS FINALES TRISTES.
-mi mando a distancia te envía un beso-

15 diciembre, 2006 18:49  
Blogger Tamaruca said...

Hoy tampoco podría decirle yo que no a esa cocina de gas... nos ha invadido la nostalgia a todos. Un poco. Demasiado quizá :'(

15 diciembre, 2006 20:22  
Anonymous Anónimo said...

Mi secador de pelo lloró tanto que en vez de secármelo me convirtió en sirena.
Quantum, con pelo mojado y echando humo (lo último por beta)

15 diciembre, 2006 20:46  
Anonymous Anónimo said...

"Por casualidad, un criado oyó en la plaza del mercado que la muerte lo estaba buscando. Volvió a casa corriendo y dijo a su amo que debía huir a la vecina población de Samarra para que la parca no lo encontrará.
Esa noche, después de la cena, llamaron a la puerta. Abrió el amo y encontró a la muerte, con su larga túnica y capucha negras. La muerte le preguntó por el criado.
-Esta enfermo y en cama -se apresuró a mentir el amo-. Esta tan enfermo que nadie debe molestarlo.
-¡Qué raro!- comentó la muerte-. Seguramente se ha equivocado de sitio pues hoy, a medianoche, tenía una cita con él en Samarra."

Leyenda de la cita en Samarra.

Un beso.
Evita.

15 diciembre, 2006 21:31  
Blogger nancicomansi said...

Mientras te leia, estaba visualizando a todos esos "seres" eléctrico-domésticos" con carita "Walt Disney", con sus ojitos, sus naricillas ( bueno, el lavavajillas tiene una buena "napia"...)y su corazón latiendo de desamor como M...

15 diciembre, 2006 21:32  
Anonymous Anónimo said...

Por ahora no voy a poner los puntos sobre las ies. Sé que M tiene una cocina eléctrica. Bendita tecnología.

15 diciembre, 2006 22:07  
Blogger liryka said...

es verdad que uno se funde con sus aparatos, siempre se deja marca en lo propio, y ellos supieron darle "quiza" la felicidad

16 diciembre, 2006 00:44  
Anonymous Anónimo said...

Querido detective, usted no es amaestrado, que alivio. He leído atentamente todo y espero que sea lo que sienta aquel a quien quiero cuando no estoy.

16 diciembre, 2006 01:16  
Blogger Gwynette said...

Me encantan tus relatos "absurdos" de lo cotidiano...

Abracitos de alcachofa

16 diciembre, 2006 09:01  
Blogger Olvido said...

Parece que se han revelado todos a la vez, la minipimer se ha unido también...

Siempre fue M? quiso serlo?
Buen día

16 diciembre, 2006 09:17  
Blogger Mara said...

El viento se enfrentó a aquella conjura del metal y con su furia abrió al ventan rompiendo aquela lámpara que por la noches iluminó su cuerpo desnudo,él tuvo que rebelarse contra el gas para evitar ver quemados lso retales que la cubrían cada noche, aquellas sábanas que sedientas de ella se saciaban con él.Fue ahora un esquirol del metal quein rodando sobre aquella mesita dejó caer la foto de su adorado amor;todo lo material fue derrotado por la humanidad de la mirada de su diosa, aquella que le hizo levantarse y preparar con deseperación, nostalgia y unas gotas de conformismo preparar el sofrito de un futuro sereno recuerdo

Preciosa historia, me encantó como todo)


Un beso enorme

16 diciembre, 2006 12:35  
Blogger Para, creo que voy a vomitar said...

Qué tremendo, el reloj con los brazos cruzados para que se parase el tiempo.

Y el final perfecto..., para un relato, claro.

Creo que todo se arreglaría con una electricista...,pero qué te voy a contar yo a ti, no?

16 diciembre, 2006 13:53  
Blogger Lara said...

Hay que cambiar de música, desterrar esos recuerdos, cerrar el gas, pasar la página.
Empezar de nuevo, M.

Besitos.

16 diciembre, 2006 15:46  
Anonymous Anónimo said...

Triste final el de tu solitario personaje.

16 diciembre, 2006 15:53  
Blogger atikus said...

Ah! creo algún pegamoide se levantara de la ultra tumba para darte unas palmaditas!...se han revelado de nuevo los electrodomésticos!!

16 diciembre, 2006 18:16  
Anonymous Anónimo said...

Ahh Detective! La tristeza de los muebles como cajas, una casa vacía, un viento arrasando con todo lo habitable.

Abrazos!

16 diciembre, 2006 19:30  
Blogger silversroadnottaken said...

yo me quedo con la cafetera requema ... cuqantomas usada mas rico el cafe... sera como el corazon.. cuando mas lo usas mas se quiere... gracias por la tarde detective espero que te gustase el olor de la canela

16 diciembre, 2006 19:31  
Blogger Paula said...

Mi querido detective...

yo, que atravieso un momento similar, y he tenido que comprarme electrodomésticos nuevos

he de decirte que sé de un secador de pelo que echará de menos mi larga melena

Qué momentos...


Te abrazo, en esa encrucijada en la que algún día nos encontraremos

16 diciembre, 2006 19:59  
Blogger Sintagma in Blue said...

Antes de abrir la llave del gas, siempre hay que dejar entrar a quien llama a la puerta.

16 diciembre, 2006 20:37  
Blogger Unknown said...

Una casa vacía és una tortura.

17 diciembre, 2006 16:16  
Blogger Thsbonilla said...

Vaya... Ahora empiezo a entender porque mi reloj me mira cada mañana con cara de lástima y porque mi lavadora gruñe cuando intento meter demasiada ropa...creía que lo que pensaba sobre que mis electrodomésticos estuvieran vivos eran locuras transitorias que me dan a menudo...ahora veo que a M. le ocurre igual.
Espero jamás caer en las tentaciones de la cocina de gas...sabe como manipularnos...por suerte tengo a mi compañero Don Telefono que siempre me saca de apuros.
Un beso Sñr. Detective. Una historia brillante.

17 diciembre, 2006 17:09  
Anonymous Anónimo said...

Los electrodomésticos cuando mueren, van al pais de los trastos viejos.

saludos

17 diciembre, 2006 19:00  
Blogger pies diminutos said...

Un final apoteósico!

Las máquinas también tienen sentimientos, y sino, que se lo digan a M.

17 diciembre, 2006 21:29  
Blogger ágatas, cueros y cristales said...

Fantástica línea y media.
Leía tu texto viendo cómo se iba acabando sin encontrarle la chispa que suelo encontrar en tus escritos. Pero... ah! quedaba la fantástica línea y media final.
Me ha sorprendido. Estupendo.

17 diciembre, 2006 22:45  

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