Toalllitas húmedas
Pocos inventos hay en la historia de la humanidad que me parezcan tan asociados al bienestar como las toallitas húmedas. El olor que desprenden al abrir el paquete, las promesas de suavidad y dulzura que nos hacen son para mi paradigma de la felicidad. Tienes un pinchazo en la autopista, toallita al canto; te manchas al comer golosamente, otro tanto de lo mismo. Todo aquello que puede solucionarse con una aplicación de tan mágico producto parece más acogedor. Deberían sacar una línea dedicada por completo a la resolución de conflictos: un par de frotamientos y sanseacabó la disparidad, el conflicto. El par de ídems con las toallitas, por supuesto.
Buceé ayer en los restos de civilizaciones antiguas, con un pie puesto en el pasado mientras me proyectaba hacia el futuro. Sintiéndome un arqueólogo de lo afectivo, pensé en que es relativamente fácil encontrar poblados antiquísimos debajo de nuestro asfalto. Sólo hay que encontrar quien financie la expedición. En la superficie, nada hacía sospechar las maravillas que escondía el subsuelo. Hay que aprender a hurgar donde veamos una simple rendija, si logramos seguir el hilo de la madeja, es posible que encontremos cuevas policromadas en el interior. En nuestro interior.
Visito despachos acogedores, me siento en los sillones mas acolchados. Que dulce ironía, que firmar la renuncia al mío me haya abierto las puertas de otro mucho mas dulce. Nunca nadie me explicó que los despachos tenían otros espacios anexos, donde se hace de la hospitalidad virtud extrema. Allí todos los cajones, si los abres, tienen suaves toallitas.
13 Comments:
Sucede con muchas cosas... es cierto... esas cosas en apariencia tan sencillas... tan desapercibidas para el resto... tan importantes para uno...
muy util también para largos viajes en avión...siempre hay cosas que limpiar O_o
Pues oye, yo soy una anti-toallitas humedas. Es una custion absolutamente psicologica. Si me limpio las manos con una de ellas tengo que ir a lavarmelas de inmediato .
Y si ,renunciar a algunas cosas nos descubren enexos acogedores que ni sabiamos que existian (con toallitas o sin ellas )
Besos
Gracias señor!!
Desde luego que no hay cosa más apañada que unas toallitas.
Gracias por la visita. Saludos.
Es verdad, las toallitas son un gran invento...yo las uso hasta para "borrar" colores cuando pinto, corregirme el "rimmel", dar brillo a las botas, limpiar la lámpara del salón, pero que bien irian unas que, con solo frotar, limpiasen las "legañas" de un mal dia...
Respecto a lo de arqueologia, vale, si a tí te funciona de manera que consigues sacar a la luz fósiles o piezas maravillosas. Cuando yo lo intento, el resultado suele ser descorazonador (sueños rotos por la mitad, esperanzas despintadas, vínculos astillados...).En fin! restos que no suelen tener reparación. Besos.
Felicidades por descubrir los anexos que con hospitalidad te acogen.
Gracias por tu visita.
Un saludo.
lo mejor es cuanto te las ofrece un camarero trajeado después de comer marisco
Algo tan sencillo y que nos salva en muchas situaciones. Ojalá para los grandes problemas que nos asaltan a diario tendríamos unas toallitas "milagro" que resolvieran o ayudasen a resolver.
Que bueno limpiar con una toallita todo aquellos que no nos gusta incluso de nosotros mismos.
Un abrazo
arqueólogo de lo afectivo, querido detective...
¿quien podría negarte una financiación para visitar tu interior policromado?
Yo llevo las toallitas
Un abrazo
¡Qué cierto! Cuántas veces movimientos dolorosos en nuestra superficie nos descubren un subsuelo propio no sólo olvidado sino a veces insospechado. Pero no siempre nos atrevemos a "financiar la expedición" (Qué bonita imagen).
Pero qué bonito, carajo...qué cierto, qué bien escrito, caray,..Si todo se pudiese solucionar con las toallitas... Es cierto que, a veces, uno ha de abandonar los despachos para descubrir la vida que late en el mundo, la buena gente, los buenos sueños
Pero qué bonito, carajo...qué cierto, qué bien escrito, caray,..Si todo se pudiese solucionar con las toallitas... Es cierto que, a veces, uno ha de abandonar los despachos para descubrir la vida que late en el mundo, la buena gente, los buenos sueños
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