viernes, 13 de octubre de 2006

Tengo, tengo, tengo

No, no continúen la tonadilla infantil. Seguro que mas de uno tiene más, mucho más que yo. No pretendo generar diatribas.
Yo tengo personas que me dieron la mano y que no les rocé. Otras, no me ofrecieron nada a priori, y llegué más allá del codo.
Tengo miles de poemas que me esperan para dejarme paralizado, miles de páginas con las cuales aún no soñé. Hay endecasílabos que algún día descubriré como un espeleólogo en mi interior, colgando como en la Cueva de Nerja hacen las estalactitas.
Tengo una hija a la que azuzo con normas que aún no entiende, y que yo tampoco hago del todo. Su risa ilumina todo lo que de oscuro tienen mis noches.
Tengo tangos que me muero por aprender a bailar. Me gustaría también tener su femenino plural. En otras, claro está. Yo soy muy de boxers. Y hablando de bailar en la oscuridad, me apunto a clases de baile de salón con quien se ofrezca. Quizá en la penumbra, donde todo se diluya, puede ser que baile bien. Actualmente, como un oso con el pie escayolado, oiga.
Tengo incendios sin controlar en mi interior. Les tengo hasta cariño, me da pena aplicarles un cortafuegos. Igual hasta les subvenciono unas cuantas garrafas de gasolina.
Tengo indocumentados que llegaron hasta mis costas sin papeles, pero que se hicieron acreedores de mi confianza y mi corazón. Alguna negra (jamás, jamás, diré personas de color, lo juro) llegó incluso a hacerse con contrato fijo y con el mando de la plantación en mi ausencia. Y ojito con las protestas, la tipa tiene carácter.
Tengo ganas de cocinar. Muchas ganas. Hacer de comer para otros. Cuento con hornos, con col lombarda, con ketchup de curry importado. Como me apetece saciar hambre de otros, convertirme en chef de cinco tenedores.
Hay palabras que me llenaron y que obtuvieron un valor suplementario en mi vida. La melancolía era California en mi infancia. Las abencharas iluminan mis días, aún cuando no puedo fijar mis ojos en ellas. Ojalá esas palabras también tengan sus horas de asueto por todo aquello que me regalaron sin ellas saberlo. Las ideas que están detrás de las palabras son el espíritu que las anima.
Y no, no tengo tres ovejas. Ni siquiera tengo cabaña.

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tengo, tengo ,tengo..sí tengo una cabaña pero creo que la termino de pagar en el 2026,sí tengo una hija que me da todo el amor que necesito,sí tengo un amigo(no hay palabra en el castellano que defina esta relación..la llamaremos amigo),que ,claro está,no me da leche ni me da lana;pero me da amor y cariño "todas las semanas"..

¿Me quedó bien la canción detective?
un beso desde lo mas oscuro,negro y recóndito lugar de mi corazón.

Pd:Cuando vayas a cocinar...con productos importados,¿me invitas?.
Prometo abandonar el castillo antes de las 12

14 octubre, 2006 09:22  
Blogger Princesa said...

No sé qué comentarte. Sólo que leyéndote me gustaría darte mi brazo, para que lo tomes. Prometo no recriminarte después si llegas demasiado alto.

Besos.

14 octubre, 2006 13:10  
Blogger Paula said...

"Tengo incendios sin controlar en mi interior"


Déjalos que ardan, detective, y con las cenizas, abona la tierra nueva, para que nazcan nuevas flores

Un abrazo

14 octubre, 2006 14:48  
Blogger CONTACTO said...

Muchas gracias por el comment, hacía días que mi blog estaba un poco desértico, se agradecen y me alegro que te guste el nombre del blog, me parece que es lo mejor del blog, :)

14 octubre, 2006 19:48  
Blogger nancicomansi said...

"las ideas que están detras de las palabras son el espiritu que las anima"...no se puede decir MÁS con MENOS. Hoy he llevado todo el dia prendada en el ojal esta frase como una orquidea dorada...besos.

14 octubre, 2006 23:20  
Blogger Vita said...

Sin tener tres ovejas, ni cabaña, tienes muchas cosas.

14 octubre, 2006 23:26  
Blogger Loredana Braghetto said...

TREMENDO TEXTO MI AMIGO.
DE ANTOLOGIA.
SIMPLEMENTE LINDO, COMO LO DICE EL ADJETIVO, LINDO.

15 octubre, 2006 02:34  
Blogger Javier López Clemente said...

El problema de tener es no saber disfrutar, ya veo que no es tu caso.
Esperaré con paciencia hasta leer tus miles de poemas.
Esperaré para que bailemos juntos el tango, como lo dos tios de pelo en pecho: Amarraditos junto a un puerto de mar.
A los incendios les tengo miedo si duran más de un orgasmo.

15 octubre, 2006 18:13  

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