sábado, 7 de octubre de 2006

Momentos esdrújulos

Se hace imprescindible, a estas alturas de la historia, una envasadora atípica, rotundamente innovadora. Se trata de atrapar los momentos esdrújulos, aquellos que siempre siempre llevan acento. Todos tenemos puñados de ellos, estoy seguro. Aquel instante en que nos dijeron que bueno, que tal vez se lo pensaría, aunque sabíamos que estaba tan nerviosa como nosotros y ardiendo en ganas de asentir; cuando al fin se cerró la puerta de aquella habitación y, bueno, etcétera; esa ocasión en que al fin, conseguiste aquello que te parecía tan imposible, tan irrealizable, tan inalcanzable. Que maravillosa sensación pasear por nuestro particular laboratorio y observar todos esos momentos conservados en frascos de formol. Yo necesito revivirlos constantemente, mi mente parece la antigua moviola aquella que había en los antiguos programas futbolísticos de televisión, con la diferencia de que no busco ver si había penalti o no. Siempre son un libre directo, aunque en ocasiones me interesa saber si hubo o no mano dentro del área...
He andado todo el día con un íntimo pesar a cuestas, pero extrañamente es de esos momentos de aguda nostalgia en que ésta parece que no hace daño. Eché terriblemente de menos a alguien que no estaba, pero ese sentimiento en el fondo me hacía crecer, me hacía sentirme feliz pensar que existía ese agujero dentro. Alegre por estar algo triste.
Nuevos libros en mi biblioteca, recién llegados de Madrid, de la bendita librería Hiperión. Se trata de una antología poética del escritor hebreo Yehuda Amijai, el último de la madrileña Vanessa Pérez-Sauquillo, Bajo la lluvia equivocada (basado en un verso de mi admirado Dylan Thomas, "under the wrong rain") y el estreno en prosa de mi poeta asturiano Martín López-Vega, llamado El letargo. Llevaba desde junio intentando conseguir este último, hubo que localizar a la pequeña editorial del Principado que lo publicaba y bueno, parece que costó un poco. Quiero creer que la espera le añade un valor suplementario y heroico al libro, ustedes ya me entienden, este detective siempre busca significados ocultos tras cualquier nimiedad. Por último, está a punto de llegar a las librerías Tara, de Elena Medel. Yo estoy contando las horas que me quedan para tenerlo entre mis manos, así que ustedes verán. Luego no les digan que no les avisé.
Venía conduciendo de camino a casa y pensaba (¿resta puntos pensar mientras se conduce?) en como me gustan las fiestas de cumpleaños, como me encantaría enzarzarme en una lucha debajo de una piñata, inflar globos, comerme un trozo de tarta, entregar regalos, distribuir felicidad. Sentir que hay fiesta cerca, y que, si hay suerte, habrá hinchables. Aunque sólo sean castillos...

7 Comments:

Blogger Cabiria said...

Me has hecho sonreir...
Justo esta noche, entre las 11 y las 2, echaré mucho de menos mirar las estrellas sentada en un banco cojo de la Plaza del Sol, con la música callejera instalándose bajo mi piel en un barrio de Gràcia que nunca defrauda... Fue nuestro tercer beso, como aquel que dice, y los momentos tenían el gusto de la emoción y el nerviosismo con que empiezan todos los cuentos cortos... todas las historias de amor. Pero el 7 de octubre tuvo su 15 de febrero, y un año después,
creo que la vida es eso,detective..., aquellos instantes que uno se puede llevar al recuerdo para estremecerse siempre que sea preciso... y seguir fabricando instantes, claro. Brindo por la nostalgia, pero también brindo por todo lo contrario.

07 octubre, 2006 21:40  
Blogger Vita said...

Momentos esdrújulos... pensaré en ellos. Aunque pensando, pensando... pienso que a veces se nos va la vida con el pensamiento ¿y vivir? ¿Por cierto... quienes son aquellos que saben de esto a los que hiciste caso? Saludos.

07 octubre, 2006 22:43  
Blogger gaia56 said...

Recrearte en la nostalgia, en la añoranza.. con un punto de melancolía es un puro disfrute.

por fa... ya me contarás sobre el libro de García Martin

07 octubre, 2006 23:10  
Blogger maite said...

"ALEGRE POR ESTAR ALGO TRISTE"!!!
en mayúsculas, entre comillas y con mi mayor admiración, detective ya no tengo palabras para expresar como me gusta todo lo que escribes, un besazo

08 octubre, 2006 10:57  
Blogger nancicomansi said...

Acceder a la notálgia es a veces accder a un mundo paralelo tan auténtico como el real y pálpable...como dijo no se quién:- ¿soy un hombre que sueña es mariposa o una mariposa que sueña es un hombre?- . Y digo yo, ¿qué más da? paseemonos libremente por entre los sueños y recuerdo, el hoy, el ayer, los mil posibles futuros....

08 octubre, 2006 11:57  
Blogger Paula said...

Soñar con una fiesta de cumpleaños

y estar alegre por estar algo triste

y pensar si pensar resta puntos...

ojalá todos los libros que desees caigan rendidos a tus pies

Un abrazo

09 octubre, 2006 16:10  
Blogger Javier López Clemente said...

YO conozco a un tipo que algunas veces me llama esdrújulo, jeje, me suena ingenioso :-)

09 octubre, 2006 22:55  

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