Realidades manifiestas
No todo lo que se ve es lo que ocurre. A veces vamos por la vida y de pronto nos salen ojos en la espalda o en la piel, nuestro cuerpo se modifica de tal manera que nuestros sentidos se amplifican. Sospechamos que existen otras realidades, emergentes, pero no pasamos de intuirlas sino casi de una manera científca, teórica, sobre el papel. Deseamos que se conviertan en realidades palpables.
Pertenezco a un momento en que una consola era solamente un mueble, y el móvil sólo le preocupaba a Sherlock Holmes cuando buscaba al asesino. No quiero resistir frente a todo eso como si de un Acorazado Potemkim me sintiera, soy consciente de que la tecnología no es fría, pero mínimas frases descubiertas ayer en el periódico me hicieron vibrar. Cito a Julio Cortázar cuando viajaba por España: "De Salamanca nos largamos nada menos que a Santiago de Compostela, deliciosa ciudad donde comimos unos pulpos gloriosos. Creo que el decubrimiento (por inesperado) fue el paisaje. Cuando volvíamos de Santiago a León, el tren anduvo toda la tarde junto al Río Miño. Pegado a las ventanillas no podía creer que todo eso fuera verdad. Me he prometido, si alguna vez tengo un deux chevaux, llevarla a Aurora a Galicia, instalar cuarteles de primavera en Redondela, y dedicarme a los paseos, la pesca, y a herborizar como Rousseau"...Quien haya leído mi crónica de viajes de este verano, verá cuantas coincidencias con mi viaje, y la simple mención a Redondela terminó por deshacerme por completo. Mil veces he hablado aquí de cuando la literatura se mezcla con nuestras cotidianeidades y la placentera sensación que eso genera.
Terminé con el libro del cubano Pedro Juan Gutiérrez, El nido de la serpiente. Pura pólvora, sus páginas son un retrato bastante verídico de la vida cotidiana en la isla, al margen de ideologías, atendiendo solo a lo que es, un hombre. Es el prólogo de una trilogía, intentaré hacerme con ella lo antes posible, pues quedé con la sensación de querer más. Empiezo ahora con el diario de Cesare Pavese, El oficio de vivir. No he leído mucho del escritor italiano, pero llevaba detrás de este libro, recomendado hasta la saciedad por personas que saben lo que dicen, y por fin está entre mis manos. Al ataque, pues.
Pondré todo mi empeño en que las realidades manifiestas organicen una concentración, exigiendo cualquier cosa. Quiero ver que capacidad de movilización tienen.
9 Comments:
A mí me sigue maravillando ver cómo la realidad se entrelaza con la fantasía, con los sueños, con las vidas de otros, veo la gran telaraña donde todos estamos engarzados, y la identifico...
Pero no deja de sorprenderme
Dicen que la ficción se basa en la vida real. Pero....¿por qué no la vida real en la ficción?
Sí, claro, a veces es absurdo hacer distingos. Se funden formando una sola cosa.
Hola Detective.
Un parénteis ( )
Ahí va: Te he leido en "Durmiendo a mares" y no puedo evitar la pregunta ¿Qué juramento le dice Fendetestas a su asaaltados, al menos en la peli? ¿me caso en Soria?
La realidad sólo es posible si la llenamos de sueños. Cortazar soñaba en ese tren, esa debería ser nuestra meta: Soñar
Genial tu coincidencia con Cortázar, te quedarías de piedra!
Ya me dirás que tal Pavese, yo he leído su poesía y me encanta!
Un abrazo, señor de las consolas color caoba!
Veo que ayer coincidimos en hacer un post cortazariano, cualquier homenaje del Lobo es poco...
Que coincida tu realidad con la vivida por Cortázar es para envidiarte. Si coincides también con Pavese, te envidiaré doblemente.
Hombre , Francisco, espero que en todo menos en lo del suicidio...
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