domingo, 10 de septiembre de 2006

Epístola con pistola

Recuperando versos del maestro Ángel González,
Hay mañanas en las que no me atrevo a abrir el cajón de la mesa de noche
por temor a encontrar la pistola con la que debería pegarme un tiro.
Salvando la hipérbole, y dejando simplemente el uso del artefacto como un mero recurso estilístico, hay días en los que convienen seguir los ejemplos de los que saben.
Palabras que quizá no se debieron decir, o que no fueron del todo afortunadas y dejaron una estela contraria al espíritu con el que nacieron. Conflictos internos que no llegan a ninguna parte, porque lo dicho, dicho está.
A veces, ni uno sabe del todo como vienen cargadas las palabras que pronuncia.

12 Comments:

Blogger silversroadnottaken said...

buenas noches detective... nietzche dijo una vez... es necesario tener un caos dentro de si, para dar a luz una estrella fugaz...el caos tiene su encanto... disfrutalo para poner las cosas en su sitio,,, gracias por visitar mi blog..

10 septiembre, 2006 20:55  
Anonymous Anónimo said...

No hay palabras mal dichas, sino mal interpretadas... No se maltrate usted detective, que hablando se entiende la gente.

10 septiembre, 2006 21:03  
Blogger Javier López Clemente said...

Hola isabelucha
No creo que hablando se entienda la gente. La gente se entiende escuchando.
Cada vez escuchamos menos y cacareamos más.

10 septiembre, 2006 21:35  
Blogger Javier López Clemente said...

Las palabras como dardos. Pasa tantas veces. Creo que es un problema de canal de comunicación, de frecuencias. Para entendernos deberíamos hablar en la misma frecuencia. Los datos con los datos, las opiniones con las opiniones y los sentimientos con los sentimientos.
Si mi interlocutor esta en una determinada frecuencia, en esa misma tengo que responder, de lo contario la comunicación es imposible.

10 septiembre, 2006 21:37  
Anonymous Anónimo said...

Estoy de acuerdo contigo Javier. Justamente tenemos dos orejas y una sola boca, para escuchar más y hablar menos. En la misma frecuencia por supuesto...

10 septiembre, 2006 21:42  
Anonymous Anónimo said...

de acuerdo con javier (hola).
yo creo que hay palabras mal dichas y otras mal interpretadas, un matiz por insignificante que sea, el tono dulce o amargo, harán que el receptor o el emisor la cague (con perdón).

10 septiembre, 2006 21:45  
Blogger desconvencida said...

Qué bien entiendo lo que dices, detective, cuántas veces (quizás no muchas, pero las suficientes)me he visto a mi misma pronunciando palabras que me han sorprendido... pero qué se le va a hacer, no siempre podemos ser personas reflexivas y precavidas, que piensan y miden sus palabras antes de pronunciarlas, no somos perfectos...

10 septiembre, 2006 22:42  
Blogger desconvencida said...

Por cierto, hoy te menciono en mi blog, qué menos ;)

10 septiembre, 2006 22:43  
Blogger El detective amaestrado said...

Está claro, la comunicación es posible mas allá de las palabras. Lo habéis demostrado de sobra con vuestros comentarios...Lo tengo claro, me rodeo de tipos selectos...

10 septiembre, 2006 23:12  
Blogger pazzos said...

EXCUSATIO

Era un duelo con palabras de fogueo
pero me olvidé una bala en la recámara.
La que provocó un sangriento malentendido
del que ahora me arrepiento.

11 septiembre, 2006 00:09  
Blogger pies diminutos said...

Detective!!
Mi poeta!!
Mi poema del poeta:

ME BASTA ASÍ

Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.

11 septiembre, 2006 11:12  
Blogger Francisco Ortiz said...

Qué versos.

11 septiembre, 2006 20:35  

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