sábado, 8 de julio de 2006

Vainas por doquier

No sé si recordarán una de las películas que a mí mas me fascinó y, al mismo tiempo mas consiguió aterrorizarme durante un buen puñado de años. Me estoy refiriendo a La invasión de los ladrones de ultracuerpos, versión blanco y negro. Pertenece a ese género que debería denominarse algo así como nos-están-invadiendo-poco-a-poco-y-sois-todos-un-atajo-de-imbéciles-que-no-os-dais-cuenta. Supongo, no tengo los datos a mano y escribo basándome exclusivamente en mi aterrada memoria de adolescente, que se realizó en plena época de la caza de brujas alentada por el senador McCarthy y representaba, de manera más o menos subliminal, el miedo latente en el córtex del estadounidense medio a una invasión comunista. La trama de la peli en cuestión era bastante clásica, se trataba de cómo los extraterrestres se iban infiltrando entre nosotros sin darnos cuenta. Únicamente los buenos se percataban, al darse cuenta de la frialdad y el mal rollo que transpiraban los abuelitos de ET. Como adoptaban nuestro aspecto físico, era muy difícil desenmascararlos, y, para llegar a parecerse a nosotros, no necesitaban matarnos ni nada por el estilo. Simplemente dejaban una vaina gigante a nuestro lado y ésta iba metaforseándose hasta convertirse en un clon del individuo en cuestión. Años mas tarde, fantasee con la posibilidad de que dichas vainas existieran en realidad, hacerme con alguna de ellas y acercarme hasta el Festival de Cine X de Sitges, o mejor, hasta el hotel donde pernoctaban las starlettes de las pelis en cuestión...Sueños adolescentes, ya digo.
Desde entonces, la certeza de que alguien sitúa vainas a mi alrededor, que poco a poco la gente que me rodea va mutando hasta convertirse en auténticos protagonistas de La noche de los muertos vivientes, va tomando consistencia hasta hacerse una realidad indiscutible. Les aseguro que cada vez entiendo menos lo que veo a mi alrededor, cada vez descubro menos sentido a las conversaciones que mantengo, a las conclusiones que saco sobre los procederes de mis semejantes (ojito con la palabra, que no está puesta aquí gratuitamente, semejantes...) Para mí que durante la noche, alguien llega en una nave y se dedica a colocar vainas duplicadoras por todos los alrededores. Muchas veces me asalta la idea de que la persona con la que estoy hablando no será en realidad un mutante, o una prima hermana de la malvada Diana, la de la serie V (cuánto le debemos algunos a esa serie, a esa mala que estaba buenísima) Si no, no me explico el desánimo que hay por todas partes, esa sensación de habernos rendido, de claudicar frente a la mediocridad y de darlo todo por perdido. Esa sensación de vacío, de abulia, de astenia ya no primaveral sino aplicable a todas las estaciones, esta apatía. Hay momentos en los que uno cree ser el único que mantiene la cabeza fría frente a tanto despropósito, y no lo digo con pretenciosidad, sino con la valentía que da el sentirse acojonado si tal premisa fuera cierta. Juraría que poco a poco han ido tomando posiciones, entre nuestros mandamases no les quepa duda que hace tiempo que fueron abducidos, y nos tienen rodeados.
Se buscan voluntarios para organizar la Resistencia.
(¿Queda todavía alguien sin contaminar, verdad?)

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Aún quedamos unos cuantos sin contaminar,ciertamente es difícil poder reconocernos,pero siempre me he fiado de "mi olfato" y no me quivoqué cuando te reconocí entre tanto clon.

08 julio, 2006 16:20  
Anonymous Anónimo said...

Ni que decir tiene,que cuentes conmigo para organizar esa Resistencia,sería genial poder encontrarnos todos los "no abducidos"...

Pd: En cuanto a la vaina gigante.¿me podrías decir lo que medía aproximádamente?Es para poder reconocerla ..si me encuntro alguna.

08 julio, 2006 16:29  
Blogger Cabiria said...

¿Vienes cuándo todo el mundo se marcha? Bien hecho, en Barcelona por estas fechas hay overbooking. Y sí, te han aconsejado bien, La Central es la mejor librería para mirar, curiosear y comprar poesía, encontrarás todo lo que quieras y más, pero que sea La central de El Raval, que es la que está especializada en humanidades, porque hay otras.... pero no. También te recomiendo Laie, donde además te puedes tomar unos pasteles muy ricos, pero La Central es imprescindible, no te vayas de Bcn sin hacerle una visita!!

08 julio, 2006 20:16  

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