domingo, 9 de julio de 2006

Alehop

Hay ocasiones en las que sorprendentemente hay un conejo en el fondo de la chistera, alehop. No sucede con demasiada frecuencia, en primer lugar porque no todos tenemos en nuestro fondo de armario una miserable chistera que llevarnos a la cabeza. En otras ocasiones, simplemente encontramos un hámster dentro de la gorra, pero ni punto de comparación con el conejo, ya saben, alehop.
Son aquellas tonterías que nos ocurren y nos llenan de íntima alegría, fruslerías que sólo cobran significado valioso para nosotros. Suelen ser tan intransferibles como nuestro DNI, y rara vez son comprendidas por los demás. A mí esta mañana me ha ocurrido una: estaba leyendo un libro sobre la historia de mi municipio cuando entre sus líneas me ha saltado a los ojos una cita de Julio Verne, donde se hablaba de un libro que yo no conocía ,Agencia Thompson y Cía, y donde, por lo visto, ocurre una historia que está situada en este lugar en el que vivo. Para mí es una inmensa sorpresa, motivo íntimo de regocijo y alegría secreta (ahora ya no tanto, al escribirlo aquí) Rara vez cedo a la tentación de contarle a alguien nimiedades de tal calibre, no por que tema ser incomprendido (a estas alturas, me resbala tanto ese punto como el resultado de la final del campeonato de béisbol de Tucson, Arizona) sino por lo que tienen de secreto, de excesivamente personal. Pienso que ese tipo de detalles dicen mas de nosotros mismos que un currículum vitae. Conoce a los demás por sus detalles y seguro, seguro, que llegarás mas fácilmente a su esencia. Nos dejamos más de nosotros mismos en estos jirones de nuestros sueños que en lo que a veces queremos proyectar hacia afuera, falsas diapositivas de nosotrösh mismos. A veces hacemos spots para vendernos hábilmente en el mercado, olvidándonos de que ya todos estamos un poco saturados del lenguaje publicitario ad hoc.
EL PAÍS regaló ayer a los lectores que a su vez tuvieron el gesto de regalarle previamente 8.95 € al quiosquero, la maravillosa película El graduado. Aparte de la gloriosa posibilidad de verla en V.O., venía acompañada de un libreto que no tenía desperdicio. Está lleno de anécdotas jugosísimas. La que más me gustó tenía que ver con la elección del actor que iba a representar al personaje principal, Benjamin Braddock. En un principio, el perfil del personaje iba mas en la onda de Robert Redford, pero el director del film, Mike Nichols, no terminaba de verlo del todo. Cuando lo terminó descartando, Nichols le argumentó:"¿Alguna vez te ha ido mal con una chica?". Redford le respondió: "¿qué quieres decir?", a lo que Nichols remató: "eso es justo lo que quiero decir". Huelga decir que, conociendo esta anécdota, la elección de Dustin Hoffman cobra todavía mas relevancia, por lo menos a mis ojos.
Pelis para ver en un cine viejo, como los que ya no existen, y esperar que la vida haga alehop cuando enciendan las luces de la sala.

1 Comments:

Blogger desconvencida said...

¡mecachis! Se me olvidó comprarla, y eso que lo tenía apuntado... con esto de los sanfermines no sé en qué día vivo...

09 julio, 2006 22:56  

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