martes, 11 de julio de 2006

Pasos de cebra

No he hecho todavía ninguna mención a cuánto me gustan las revistas de literatura. Aparte de Eñe, que estación a estación me sorprende con sus relatos, hay un sinfín de ellas, y normalmente suelen venir cargadas de agradables sorpresas. Hoy me he encontrado, en mi escapada matutina a Las Palmas de G. C., con Letras libres. Textos de Juan Villoro, Juan Malpartida, Martín Casariego, Rodrigo Fresán, Vargas Llosa.. La crítica de libros parece, a priori, interesante y rigurosa y, en general, huele a sorprendente el número, tiene una pinta bastante cautivadora. Como me gusta tener lecturas pendientes, supongo que es una especie de enfermedad latente. Por supuesto, también hubo escala en la librería Canaima, y cayó entre mis redes El último lector, de el argentino Ricardo Piglia. Tengo la intuición de que será un libro que me abrirá nuevos caminos, o que me hará caer en trampas gloriosas en las que aún no había caído. Creo sinceramente que el camino literario abierto por los hispanoamericanos es un auténtico y gozoso cruce de caminos. Sumergirse en sus libros suele ser un glorioso chapuzón en plena tarde veraniega.
Mientras caminaba por la ciudad, por mi parte de la ciudad que apenas comparto sino con aquellos que saben ver más allá de las estructuras, calvinistas del Calvino de Las ciudades invisibles, pensaba en cuanta falta hacen los pasos de cebra. O a mí, al menos. Contar con símbolos pintados en el suelo y que me permitan pasar de un lado a otro con un mínimo de seguridad. Traducir creo que significaba etimológicamente algo parecido, pasar de un lado a otro, como cruzar un río en una canoa. Pues eso, algo así.
Poder cambiar de rumbo con tranquilidad, sin sobresaltos.

3 Comments:

Blogger Ella said...

Hola detective!!!
De todo este post saco una imagen: la de estar tumbada en la playa con la persona de la que estas enamorado/a en ese momento, apoyando tu cabeza en su estomago y en las manos un libro delicioso...Ainnns!
Sobre el post anterior, decirte que Faemino y Cansado eran unos cracks! en mi casa se veia el programa que tenian en La2 hace aaaaaaaños, religiosamente.
Por cierto, has visto Amanece que no es poco??? es que me parece tremenda, tan absurda y tan genial a la vez. Es de las pocas peliculas (junto con la de los hermanos Marx) en la que siempre que la veo, termino llorando (de la risa, claro)
Besitos

11 julio, 2006 21:05  
Blogger El detective amaestrado said...

No te lo creerás, pero para mí, Amanece que no es poco, es una de mis pelis míticas. Procuro verla todos los años y siempre termino por los suelos. Aún no desecho la posibilidad de comprarme una moto con sidecar y emular a Resines y Ciges.
Impagable cuando le aconsejan a la agricultora que arranque el hombre que le ha salido en su terreno, porque un hombre chupa mucho...

11 julio, 2006 21:10  
Anonymous Anónimo said...

¿Y qué me decís del plagiador de William Faulkner?
A mí una de las revistas literarias que más me gustan es Clarín.

12 julio, 2006 14:05  

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