sábado, 10 de junio de 2006

Libros y besos

Casi, casi una de las mejores maneras que conozco de iniciar un sábado por la mañana es dedicar unas horas a bucear por librerías. Ésto, en mi caso, es aplicable no solo a los sábados por la mañana, sino a los jueves por la tarde, los miércoles a las siete o los lunes a las doce. Me encanta andar entre libros, tocarlos, ver como pugnan unos al lado de otros en las estanterías. El hecho de arriesgarme, de llevarme uno de ellos a casa sin tener ninguna referencia del autor, simplemente porque hubo algo que sí, que me pareció extraño, motivador, sugerente...Hoy he tenido la suerte de encontrarme con los Diarios de John Cheever. Es lo primero que leeré de él (Dios mío, cuantos buenos libros me quedan todavía por leer), pero hubo un acto de sorpresa que ni yo mismo consigo aislar. Mi intención era la de llevarme otro de un grande, Chesterton, pero un soplo me hizo cambiar de rumbo en el último momento. Con ésto no quiero decir que el libro adquirido me vaya a entusiasmar, aún no lo sé. Lo que me interesaba apuntar es el proceso en sí del momento de adquirirlo, que sigue teniendo, al menos para mí, algo inaprensible, pero que me estimula profundamente.
Y de los besos, que decir de ellos. La asociación de ideas era más que evidente. Hay besos que forman parte de nuestras vidas, otros se han perdido en el olvido...Casi tan bueno como leer un buen libro es dar o recibir un buen atracón de besos, artesanales.
Y ya sé que el símil está un poco cogido por los pelos, pero es que me apetecía mucho hoy hablar de libros y besos, y no sabía como hacerlo. Las librerías me huelen a besos que aún no he recibido.

3 Comments:

Blogger desconvencida said...

Un buen símil... ;)

A mi andar entre una librería, hojear los libros, leer alguna de sus páginas al azar, arriesgarme a veces como tú dices comprando un libro del que no tengo referencias... me relaja y me pone de buen humor, hay tanto por leer...

18 junio, 2006 18:08  
Anonymous Anónimo said...

Pasar ratos en una librería me encanta.
Yo he conocido autores solo por lo que me gustaba un título.
Hay ocasiones en que las espectativas no se cumplen del todo, pero...hay que probar.
Por ejemplo, JJ Millás cuando ví "El desorden de tu nombre" (precioso título).

Si entre pasillo y pasillo hay alguien que te besa, el rato será perfecto.

25 noviembre, 2006 19:13  
Anonymous Anónimo said...

No me parece tan extraño, el mejor beso que me han dado es de un libro y me lo mandaron por e-mail. El Cap. de Rayuela. Lo tenía guardado para un post en mi blog.

"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujàndola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mì para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco coomprender coincide exactamente con tu boca que sonrìe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez màs de cerca y entonces jugamos al cìclope, nos miramos cada vez màs de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sì, se superponen y los cìclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordièndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuvièramos la boca llena de flores o peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultàneo del aliento, esa instantànea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mì como una luna en el agua."

09 diciembre, 2006 19:53  

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